Líneas eléctricas y arqueólogos: las relaciones que no te imaginas

Excavación arqueológica en el asentamiento Can Malalt, Ibiza. Foto: Red Eléctrica.
Red Eléctrica –la filial de Redeia encargada de la operación y el transporte del sistema eléctrico–, y el Museo Arqueológico Nacional (MAN), dependiente del Ministerio de Cultura, organizaron recientemente las Jornadas de Patrimonio Cultural y Transición Energética, que dieron a conocer una relación tan estrecha como poco conocida entre ambos mundos. ‘El Asombrario’ estuvo allí y tomamos buena nota de un gran hallazgo: Gracias a los trabajos de Red Eléctrica para el trazado de las líneas de transporte del sistema eléctrico por todo el territorio nacional, en los últimos años se han descubierto más de 40 yacimientos arqueológicos relevantes, que han dado lugar a más de 300 actuaciones de conservación de este patrimonio.
Entre estos hallazgos e iniciativas –resultado de más de 1.200 prospecciones arqueológicas, como primerísimo paso al despliegue de infraestructuras, según explicaron los expertos de Red Eléctrica–, destacan los restos de la ciudad romana de Isturgi en Los Villares (Jaén); evidencias de al menos cinco yacimientos, entre ellos una necrópolis bizantina (siglos VI-VII), un asentamiento rural tardo-púnico y un acueducto romano en el entorno de la subestación de Torrent, en Can Malalt (Ibiza); así como restos de una villa romana de principios de la era cristiana que incluye evidencias de la existencia previa de pueblos íberos en ese emplazamiento, en Sequer de San Bernat, cerca de Alzira (Valencia). Otra actuación relevante tiene como protagonista una época más reciente, la de la Segunda Guerra Mundial, que dejó su huella cultural en Fuerteventura. Allí se han recuperado y musealizado las únicas baterías de defensa aérea (casamatas) en España contra Alemania.
Por otro lado, en el marco de su Estrategia de Impacto Integral, su matriz Redeia colabora de manera voluntaria con administraciones públicas, como la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y la Junta de Andalucía para la digitalización y geolocalización de todos sus bienes culturales y archivos, un avance tecnológico que permite agilizar diferentes solicitudes de tramitación. También impulsa la digitalización y el tratamiento de imágenes del Museo Canario, que recoge buena parte del patrimonio histórico y arqueológico del archipiélago y recientemente ha facilitado que el Ayuntamiento de Antas (Almería) adquiera la mayor colección de la cultura argárica, que se expondrá próximamente en el municipio.
Toda una batería de sorpresas que saltaron a lo largo de las dos intensas jornadas celebradas en MAN a finales de abril y que reunieron a 25 ponentes y más de 200 participantes procedentes de la Administración, empresas, instituciones académicas, arqueólogos y expertos en gestión de bienes culturales.
Colaboración público-privada
En la inauguración, la presidenta de Redeia, Beatriz Corredor; la directora general de Patrimonio Cultural y Bellas Artes del Ministerio de Cultura, Ángeles Albert, y la directora del Museo Arqueológico Nacional, Isabel Izquierdo, destacaron “la relevancia de la colaboración público-privada para generar impacto positivo en el conjunto del territorio y preservar para la sociedad sus valores patrimoniales, en particular los bienes culturales”.
La presidenta de Redeia subrayó “el compromiso de Red Eléctrica –que, por cierto, en 2025 esta cumpliendo sus 40 años– con la protección y conservación del patrimonio arqueológico, etnográfico y cultural como un aspecto fundamental en el desarrollo de las infraestructuras eléctricas que gestiona”. Según Beatriz Corredor, “esta contribución se valora, en nuestro último informe de Sostenibilidad, como uno de los factores que aporta un mayor impacto neto positivo en el entorno, junto con el acceso al suministro eléctrico y el desarrollo social del territorio”. Este último aspecto es algo en lo que se insiste mucho en los últimos años desde Red Eléctrica: “Se trata”, explicó Corredor, “de atender el territorio con una estrategia de impacto integral, de colaborar con las comunidades rurales, no sólo estudiar los trazados de las líneas, por dónde pueden y no pueden pasar, sino dejar una huella positiva, consensuar cómo conseguir que esos pueblos vivan mejor”. De ahí las numerosas iniciativas en el mundo rural en las que participa Redeia y de las que damos cuenta en la sección Redes Rurales de esta revista.
Como quedó patente en estas innovadoras jornadas, la protección del patrimonio cultural es un aspecto fundamental en el diseño y construcción de instalaciones de Red Eléctrica. Así lo explican: “Antes de iniciar cualquier movimiento de tierras, la compañía hace una prospección arqueológica del terreno y diseña las infraestructuras con el objetivo de minimizar cualquier impacto potencial y, además, durante todo el desarrollo de los proyectos un arqueólogo supervisa las obras. Asimismo, y en línea con su compromiso con el territorio desde su fundación hace 40 años, la compañía también pone a disposición de la sociedad esta riqueza patrimonial a través de iniciativas de conservación, restauración o musealización, y colaborando de forma voluntaria con museos y administraciones públicas para la digitalización de sus bienes culturales”.
Por su parte, la directora general Ángeles Albert explicó que las Jornadas “forman parte de la línea de trabajo que el Ministerio de Cultura desarrolla en la actualidad relacionada con la sostenibilidad y el patrimonio cultural y profundiza en su compromiso con el fomento de la promoción del patrimonio cultural como agente de lucha contra el cambio climático desde distintas perspectivas”. Y ensalzó la “encomiable sensibilidad de Red Eléctrica en el respeto al patrimonio arqueológico”.

Yacimiento del acueducto romano en las inmediaciones de la subestación de Can Malalt en Ibiza. Foto: RE.
‘El futuro de nuestro pasado’
En su intervención, la directora del Museo Arqueológico Nacional, Isabel Izquierdo, celebró que estas jornadas sirven para tejer alianzas, “representan una valiosa oportunidad para aprender y dialogar en torno a la arqueología hoy y su relación con temas de interés público como las energías renovables, los efectos de la crisis climática o las posibilidades que nos brinda la innovación tecnológica”. Lo acotó con acierto como “el futuro de nuestro pasado”, ya que “la arqueología aporta la visión de la memoria, del pasado, de la resiliencia” para mirar y entender el presente y el futuro.
Como en las jornadas se tocó repetidamente el impacto del cambio climático, se resaltó la importancia de la arqueología para recabar datos sobre el clima en la Tierra desde siglos y milenios atrás. También se volvió una y otra vez al impacto de las instalaciones de energías renovables en el patrimonio cultural; se habló mucho de “paisaje cultural” y de la importancia de localizar bien, buscar una armonización e integrar con raciocinio y tacto las instalaciones renovables en el paisaje; se pusieron ejemplos como el de Francia y su guía de implementación en el paisaje y reaprovechamiento de estructuras ya existentes o la innovadora “interacción cromática” que propone Italia.
En esa línea de todo lo que la arqueología puede aportar en el análisis del clima y del medio, uno de los ponentes, Gonzalo Ruiz Zapatero, catedrático de Prehistoria de la Universidad Complutense de Madrid, dejó una de las frases que más resonó en el auditorio del MAN: “No hay que ser apocalípticos, pero sí científicos”.
La Sala de Novedades Arqueológicas
Además, la directora de MAN informó de un acuerdo con Red Eléctrica que le llena de especial satisfacción: el patrocinio de la Sala de Novedades Arqueológicas de este museo para las próximas cuatro exposiciones. Se trata de un espacio de entrada gratuita, inaugurado muy recientemente, en noviembre de 2024, para conmemorar los 10 años de la reforma integral del museo y que está destinado a albergar los nuevos hallazgos arqueológicos de interés procedentes de las distintas comunidades autónomas. Ahora mismo, en su tercera edición, esta Sala de Novedades acaba de presentar el pasado martes, 13 de mayo, uno de los más excepcionales hallazgos de la reciente arqueología andaluza, el conocido como Tesoro de Tomares, hallado casualmente en 2016 en el Parque del Olivar del Zaudín de dicha localidad, provincia de Sevilla.
En el año 2016 un grupo de operarios topó accidentalmente con el ocultamiento, notificando inmediatamente y de manera ejemplar el descubrimiento a las autoridades responsables en materia de patrimonio histórico. Se trata de un conjunto formado por 19 ánforas para contener aceite en cuyo interior se almacenaban más de 50.000 monedas (nummi) fechadas a finales del siglo III d. C. e inicios del siglo IV, durante la época de la Tetrarquía romana, fundada por Diocleciano y que finaliza con Constantino el Grande.
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